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Sobre las declaraciones del Señor Ministro de Justicia y Derechos Humanos negando la existencia de tortura en cárceles federales.


El domingo 9 de octubre, en un reportaje publicado en el diario Página 12, en el que desmintió la existencia de un pabellón “vip” en la cárcel de Devoto, el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de nuestro país, Julio Alak, respondió del siguiente modo a la pregunta sobre el informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación, que denuncia malos tratos y torturas en las cárceles federales:  Yo quiero contextualizar las palabras del procurador penitenciario, que en estos meses tiene una hiperactividad mediática porque integra el staff electoral de Ricardo Alfonsín. Mugnolo es parte del comité de campaña de Alfonsín. A mí me asombra su actitud cerril contra el Servicio Penitenciario Federal en plena campaña electoral. Obviamente, la procuración penitenciaria está integrada en la mayoría de los casos por cuadros radicales.
El periodista le pregunta luego si las denuncias son falsas, y Alak responde: Lo que él denuncia en muchos casos se ha ido a verificar a través de los organismos oficiales competentes y no se ha verificado. Nosotros tenemos un Servicio Penitenciario que es uno de los mejores de Latinoamérica.
Las declaraciones del señor Ministro son gravísimas, porque niega hechos que suceden cotidianamente, ejecutados por una institución que está a su cargo.  Solo para citar dos casos; el 16 de julio de 2011, un grupo de penitenciarios que desempeñaban sus actividades en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, sector de Jóvenes Adultos,  aplicó torturas durante horas al adolescente Brian Núñez, de 18 años.

Lo sucedido a Brian fue denunciado por la Procuración Penitenciaria y por el propio director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, ante la justicia federal de Morón, donde tramita una causa por torturas (Juzgado Federal Nro. 2, a cargo del Juez Jorge Rodríguez, Secretaría Nro. 6). Según se informó, siete penitenciarios fueron pasados a disponibilidad.  

Poco después, y contrariamente al compromiso asumido por las autoridades en cuanto a garantizar la seguridad de los jóvenes alojados junto con Brian, que fue trasladado a otra unidad, recibimos nuevas denuncias. Los hechos son terribles, graves, reiterados: jóvenes de 18 a 20 años, obligados a desnudarse y a correr por el pabellón, a los que se les pegan palazos y se les dispara con balas de goma, luego se los encierra durante todo el día, y se los amenaza con más castigos si se atreven a denunciar. En consecuencia, la mayoría de estos hechos no se difunden ni llegan a la justicia, porque tanto las víctimas directas como sus madres y familiares, tienen pánico  a las represalias. Hace pocos días, la Secretaría de Derechos Humanos, que también depende del ministro Alak, presentó un Protocolo de Intervención para el Tratamiento de Víctimas-Testigo en el marco de Procesos Judiciales. Desconocemos si ese Protocolo se aplicará a los presos y presas que sufren torturas hoy, en los lugares de encierro de nuestro país, federales y provinciales. Lamentamos suponer que no será así, ya que el ministro niega la misma existencia de las torturas, y por lo tanto, de las víctimas.

Es cierto  que  hay torturas en las cárceles federales, más allá de quién o quiénes lo denuncien.
Tenemos toda la documentación, los testimonios y las fotos del cuerpo torturado de Brian a disposición del Sr. Ministro. Puede verlas también en sede judicial, o revisar los expedientes de la Procuración.  Desde nuestras organizaciones seguiremos acompañando a las familias que padecen esta situación, y haciéndola conocer.

Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales
Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)
Buenos Aires, 12 de octubre de 2011
Contactos: 15-4404-5299

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