Por esto, les pedimos a todos aquellos que compartan nuestra visión y deseen apoyar nuestro pedido y acompañar a este grupo de víctimas y familiares a enviar sus adhesiones, personales o institucionales, respondiendo este correo o escribiendo a cepoc.dh@gmail.com junto a su nombre, apellido, número de documento y, en su caso, pertenencia institucional.
Aquellos que deseen realizar sus adhesiones en forma independiente también pueden hacerla llegar a la casilla de correo del CEPOC.
Desde ya, agradecemos a todos el apoyo y difusión que puedan darle a este tema.
Adhesión
a la presentación de la querella por la Masacre en el Pabellón
Séptimo. Pedido de reapertura de la causa y su correcta
investigación.
Señor
Juez:
Los
abajo firmantes nos presentamos ante Ud., en la causa Nro. N°
14.216/2003, caratulada “Suárez Mason, Carlos Guillermo y otros
s/privación ilegal de la libertad agravada, homicidio” en el marco
de la cual se presentó la querella por la “Masacre en el Pabellón
Séptimo” a fin de manifestar nuestro apoyo a la presentación
realizada el 25 de marzo de 2013, por parte del Centro de Estudios en
Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) y el sobreviviente Hugo
Cardozo, solicitando la reapertura de la causa donde se investigó
lo sucedido el 14 de marzo de 1978 en el Pabellón Séptimo de la
Unidad 2 del Servicio Penitenciario Federal, que pasó a la historia
como "Motín de los colchones".
El
pedido de reapertura se realizó en el marco del Proyecto
de Investigación sobre la Masacre en el Pabellón Séptimo,
desarrollado por el CEPOC, la Asociación de Familiares de Detenidos
en Cárceles Federales (ACIFAD), y la Asociación Mutual Sentimiento,
bajo la dirección de la abogada Claudia Cesaroni, titular del CEPOC,
y con la participación de sobrevivientes de la masacre, testigos
directos y familiares de las víctimas mortales de aquella acción
del Estado terrorista.
El
terror impuesto durante la última dictadura en nuestro país tuvo un
nivel de violencia que afectó a distintos grupos en forma
particular, en el marco de políticas generales basadas en la
represión indiscriminada y la violencia institucional. Desaparición
y muerte de miles de personas, torturas, apropiación de niños y
niñas y sustracción de sus identidades, encubrimiento y
complicidades de los distintos ámbitos del Estado, entre ellos y
sobre todo, para garantizar la impunidad, del Poder Judicial fueron
las notas características de la dictadura.
La
violencia desplegada sobre el cuerpo social estaba dirigida a
aniquilar a quienes entendían como enemigos. Y no solamente ello,
sino que no admitía acto de rebeldía alguna. Ese contexto fue el
que dio lugar a la Masacre en el Pabellón Séptimo. La construcción
posterior de un supuesto motín, en el que "solo" murieron
presos comunes, como se encargaron de aclarar las autoridades
penitenciarias y políticas de inmediato, fue el primer paso para
condenar al olvido a la masacre más grande ocurrida en el ámbito
carcelario de nuestro país.
Con
el presente escrito venimos a apoyar el impulso que el CEPOC y Hugo
Cardozo -al que se suman las voluntades de otros sobrevivientes,
familiares y testigos- le han dado a un hecho que al día de hoy es
una deuda que el Estado tiene con las víctimas directas y sus
familiares.
La
impunidad para los responsables de esta masacre ejecutada sobre un
pabellón de presos
comunes
implica no reconocerles su condición de víctimas de delitos de
lesa humanidad, cometidos por una fuerza de seguridad -el Servicio
Penitenciario Federal-, que formaba parte de la estructura represiva,
y que actuaba bajo las órdenes directas de las autoridades del
Primer Cuerpo del Ejército.
El
Estado democrático debe reparar ese olvido y esa impunidad, lo que
así venimos a solicitar. El resarcimiento a las víctimas, tal como
lo establecen los organismos internacionales de derechos humanos, y
surge de las obligaciones asumidas por nuestro país ante la
comunidad internacional, y sobre todo ante su propio pueblo, implica
garantizar el derecho a la verdad, el acceso a la justicia, el
castigo a los responsables, las reparaciones a las víctimas y
familiares, y la realización de las políticas públicas destinadas
a evitar que nuevas masacres se repitan en los lugares de encierro.
Por
todo lo expuesto, acompañamos el pedido de reapertura de la causa de
referencia, para que nunca más una masacre se etiquete como motín.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario