Ley "Anti-terrorista"

Recuperamos un artículo que que escribió María Laura Böhm el 15/9/2007 y se publicó en el Diario Clarín en contra de la ley línea anti-terrorista del 2007. Desde el CEPOC, ya en ese momento, nos pronunciamos en contra.

Desvíos del derecho penal 

María Laura Böhm ABOGADA Y CRIMINOLOGA (CEPOC) 

Que Argentina se suba a la ola legislativa anti-terrorista internacional es grave no sólo en un sentido político criminal, sino también en su trasfondo jurídico y estatal.

A pesar de los dos atentados terroristas sufridos en nuestro país, es improbable que Argentina se vea afectada por las "oleadas terroristas" del extremismo islámico. No obstante, la ley fue sancionada.

¿Su sanción se basa en que Argentina también está atravesada por los conflictos económicos, políticos y culturales que alimentan acciones terroristas y que parecerían requerir entonces de una respuesta político-criminal? ¿O se funda en las obligaciones internacionales que hicieron insoslayable la ley a fin de no pertenecer a la lista de Estados no seguros y sospechosos?

En este último caso, ¿puede la necesidad de dictámenes e inversiones externos ser fundamento para la sanción de leyes penales, obviamente internas?

¿Creen realmente los legisladores que es útil a los fines preventivos el aumento grotesco de las escalas penales, o aceptan en silencio el fuerte valor simbólico del derecho penal con la sola intención (utilidad política) de "mostrar que se hace algo"?

Desde los 70 la legislación simbólica de "lucha" (contra el terrorismo, pero también contra otros "males" como las drogas, o el crimen organizado) se propagó en los ámbitos europeos, estadounidenses y americanos. Esta legislación simbólica, denominada, por ejemplo, Derecho Penal del Enemigo por el jurista alemán Günther Jakobs, no es de emergencia, puesto que no hay emergencia alguna, y sin embargotiene reglas que van contra el derecho tradicional: considera a ciertas personas como "no-ciudadanos" y "enemigos", como un "otro" extraño y peligroso del cual Estado y ciudadanos deben ser defendidos.

Esta legislación tiene graves efectos que van más allá de los sufridos por quienes son directamente alcanzados por ella, y más allá también de sus efectos políticos y económicos: transforman y hasta subvierten el derecho, el estado de derecho-democrático, sus principios y su concepción moderna y liberal.

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