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Presentación del Primer Informe del ReCaVE. Primer semestre del 2016










Presentamos el primer Informe Semestral del ReCaVE a nuestros compañeros de lucha contra la violencia estatal y por los Derechos Humanos


El ReCaVE y los organismos que lo sostienen: el Cepoc (Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos), la ACiFaD (Asociación de Familiares de Detenidos) y la Ladh (Liga Argentina por los Derechos del Hombre) invitan a la presentación del primer informe semestral del Registro de Casos de Violencia Estatal a realizarse el jueves 13 de octubre a las 18 en Avda. Corrientes 1785, 2do. C, CABA.

La presentación es abierta a todo público, y dirigida especialmente a nuestros compañeros y compañeras de organismos de derechos humanos, cooperativas de trabajo, movimientos territoriales y fuerzas sociales y políticas comprometidas con la defensa de los derechos humanos en su dimensión más amplia e integral, puesto que ellos, y las personas que ellos intentan organizar y/o representar, son el sujeto a reprimir por el macrismo, tal como lo muestra este primer informe.

A los datos ya publicados del Informe del ReCaVe sumaremos un informe sobre la situación de las personas afectadas por desalojos y las políticas de negación del acceso a la vivienda propia, digna y sustentable para las familias afectadas.

En el encuentro participarán dirigentes y expertos/as del ReCaVe y las organizaciones que lo integran, luego de la presentación esperamos un intercambio productivo entre todos los participantes.

Los/las esperamos.



"... los  resultados  del  relevamiento  sugieren  la  existencia  de acciones sistemáticas orientadas a la construcción de un “Estado policial”, en línea con una singular  tendencia  de  alcance  global  que  procura  subordinar  los  derechos  tutelados  por garantías constitucionales al imperio de un orden fundado en "razones de Estado" ... (de las conclusiones del Primer Informe Semestral del ReCaVe)

NO EXISTE NINGUNA LEY QUE OBLIGUE A PORTAR DNI


La presidenta del Centro de Estudios en Política Criminal (CEPOC), Claudia Cesaroni, advirtió hoy que "no existe ninguna norma legal" que obligue a los ciudadanos a portar el DNI en la vía pública y criticó a las fuerzas de seguridad por identificar a personas "por su aspecto físico".
La titular de la entidad analizó el fallo que habilita a la policía a pedir la exhibición del documento de identidad en lugares públicos, facultad que, explicó, "surge de la ley orgánica de la policía federal" y ha sido "discutida en muchas ocasiones" por su "carácter discriminatorio, estigmatizante".
En diálogo con radio América, Cesaroni afirmó que "no existe ninguna norma legal que diga que la persona, que nosotros los ciudadanos, estemos obligados a portar los documentos cuando estamos caminando por la calle".

"No lo hacen al azar"

Por eso, preguntó: "¿Qué pasa si no lo tenes (el DNI)? La policía puede conducirte a algún lugar, a una comisaría, una dependencia de la fuerza para completar ese proceso de identificación que no pudo hacer".Sin embargo, el fallo permite a los efectivos exigir la exhibición del documento en el marco de operativos de prevención para identificar a los ciudadanos.

"En general identifican a algunas personas por su aspecto físico porque le parecen particularmente sospechosas, porque se viste de determinada manera, porque tienen determinada edad, tienen gorrita, son pibes que andan con mochila, personas humildes", lamentó.Para Cesaroni, el eje central de la discusión radica en los parámetros que utilizan las fuerzas de seguridad para demorar a una persona para su posterior identificación porque, sostuvo, "no lo hacen al azar" como dice el fallo.
"Hay estándares internacionales de derechos humanos que establecen que una persona no puede ser detenida salvo que haya una orden judicial o está cometiendo un delito", subrayó la titular del CEPOC, quien consideró que la jurisprudencia del fallo "va acompañando los tiempos políticos".
En esa línea, recordó que la Argentina fue condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la muerte de Walter Bulacio, el joven que falleció tras ser detenido cuando iba a un recital de Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota. Y vaticinó que, a partir del fallo, "muchos casos" llegarán a la comisión Interamericana.
Por último recomendó a los jóvenes "que lleven documento en el bolsillo", pese a que no tenga una obligación legal, porque consideró: "Un adolescente lo va a pasar mal si no tiene el documento".

Publicado en La Nación el 6/1/2016. Ver artículo aquí

El debate sobre la policía

Orlando Francisco Aguirre



En los últimos días, se ha generado un debate entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El mismo ha girado en torno a la decisión de la Ministra de Seguridad, Nilda Garré, de eliminar los adicionales que la Policía Federal cubría en edificios públicos porteños. A pesar de la amplia cobertura que le han dado los medios hay una cuestión central que ha pasado prácticamente inadvertida y se refiere al objetivo por el cual se ha tomado esta medida. Esta consiste en tener más presencia policial en las calles logrando así una mayor prevención del delito. Entendemos que este es el eje que merece ser puesto en debate. Todas las opiniones dan por sentado y se acepta acríticamente que debe haber una vasta presencia policial en las calles y que esto contribuye a la disminución del delito. Sin embargo, el aumento cuantitativo de los mecanismos de represión no necesariamente implica una reducción en las tasas de criminalidad. Por otra parte, el lombrosiano olfato policial solo contribuirá a incrementar la selectividad del sistema, encerrando a jóvenes pobres que cometen delitos menores o contravenciones en la vía púbica. Algunos de los hechos que mayor conmoción han generado en los últimos años están relacionados con el robo de autos o salideras bancarias, delitos cuya complejidad no se resuelve con la mera presencia policial en las calles. Por el contrario muchos de estos delitos se producen bajo el estímulo y la complicidad de las fuerzas de seguridad que participan activamente del negocio de la delincuencia (desarmaderos, narcotráfico, trata de personas).

La Policía Metropolitana a pesar de “nueva”, está en su mayoría conformada por ex agentes de otras fuerzas, principalmente la Federal, muchos de cuyos integrantes, comenzando por sus dos primeros jefes han sido procesados por distintos delitos e irregularidades. Hasta el momento pareciera que su accionar ha estado en función de una política de marketing consistente en hacer visible a la policía y con ella hacer visible a la política de seguridad. Se busca mostrar a los sectores sociales que algunos funcionarios y medios de comunicación llaman “La Gente”, que el gobierno de la ciudad está tomando medidas en la materia, aunque las mismas sirvan de poco y nada. Esto más que una política de seguridad es, como casi todo en la gestión de Macri, una política de la imagen.

Cabe preguntarse con qué tipo de policía se quiere llenar las calles ya que difícilmente la actual sea una garantía de seguridad. En un encuentro en el Barrio de Balvanera hace pocos días la Ministra Nilda Garré enumeró algunos de los principales problemas que presenta la Policía Federal, como el autogobierno, la corrupción y la falta de capacitación. Si bien es estimable que desde el Ejecutivo Nacional se reconozca este escenario, no deja de ser paradójico que la Ministra, al mismo tiempo que enumera estos graves hechos anuncie que una mayor cantidad de efectivos de esta misma policía saldrá a las calles “a combatir el delito.”

Solo a título de ejemplo y sin ser exhaustivos, si analizamos algunas noticias de distintos diarios vemos la problemática del accionar policial. En Tiempo Argentino del viernes 8 de abril en la sección policiales hay seis noticias, tres de las cuales involucran a fuerzas de seguridad. La primera de ellas trata sobre un allanamiento realizado en una casa por un grupo de elite de la Policía Bonaerense por el crimen de un suboficial; la dueña fue golpeada por efectivos y su casa resultó seriamente dañada. El allanamiento fue "por error". La segunda menciona que en Bariloche cuatro policías fueron procesados por torturas a un detenido. Por último, en ex jefe policial fue condenado por un caso de gatillo fácil. Clarín del sábado 9 de abril informa que tres policías de la Federal fueron detenidos por golpear y torturar con picana eléctrica a tres adolescentes de entre 16 y 17 años. Cabe destacar que la causa iniciada no fue por torturas sino por la figura menos gravosa de “apremios ilegales”. Esta situación, la de evitar caratular a las causas de tortura como tales, es una constante en este tipo de casos que dificulta la investigación y contribuye a invisibilizar las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por fuerzas de seguridad. La Nación, también del sábado 9, da cuenta del fallecimiento de una persona a manos de un policía cuando intentaba robarle el auto. Caben aquí algunos interrogantes: ¿Utilizó el policía todas las herramientas de disuasión antes de sacar el arma? Si el uso del arma fue inevitable ¿tuvo que disparar a matar?

Estos hechos no son aislados ni excepcionales como se los quiere mostrar muchas veces sino que forman parte del accionar habitual de la policía.

Antes que discutir sobre qué cantidad de policías se pone en la calle o cuantos comisarios son desplazados, la política de seguridad debe inevitablemente implicar un debate profundo sobre la institución y se debe promover una transformación sobre las prácticas violentas y autoritarias, sumamente arraigadas en las fuerzas de seguridad.

¿DE QUÉ HABLA STORNELLI?


El nuevo ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Carlos Stornelli, dio inicio a su gestión con un discurso pronunciado en el acto por el “Día de la Policía de la Provincia”, según informó el diario Clarín:

http://www.clarin.com/diario/2007/12/14/policiales/g-05702.htm

Frente a ese auditorio, Stornelli hizo algunas “promesas” como las siguientes:

“Mayor presencia policial preventiva. Nuevas comisarías en función del mapa del delito”

¿Supondrá el ministro que la presencia policial es en sí misma la mejor manera de disminuir el delito? ¿Qué tipo de delito se propone combatir? ¿Sabe el ministro a qué personas suele perseguir la policía, por portación de cara, de aspecto, de edad, de costumbres? ¿Sabe que, según una investigación realizada por el CEPOC con los ingresantes de la Pol 2, la mitad de ellos dijo estar de acuerdo con la pena de muerte, un cuarto justificó el uso de la tortura, y cuando se les preguntó cómo definen a un “delincuente”, describieron a un varón jóven, de tez oscura, sin estudios y con una familia desintegrada? ¿Es decir, que describieron un estereotipo, y será a esos jóvenes a los que la policía bonaerense irá a buscar?

“Mayor logística. Mejorar la potencia de fuego de la Policía”

¿Qué quiere el ministro? ¿Más muertes en tiroteos policiales, provocados por la impericia de los efectivos, y la desesperación de quienes saben que si no matan, mueren? ¿Más muertes de personas que están allí, en la calle, en un negocio, en un ciber, en un restaurante y caen fulminadas por balas disparadas sin sentido, para matar, y matan?

Después de los fusilamientos de Budge sucedidos hace veinte años, -cuando una comisión policial asesinó a tres jóvenes que respondían al estereotipo del delincuente: eran jóvenes, eran morochos, estaban en la calle tomando cerveza- se acuñó una expresión que no necesita explicación: “gatillo fácil”. Con el poder de fuego que tuvo hasta ahora, solo en el año 2007, y conforme nuestros registros -parciales, y con información no oficial- la policía produjo cinco muertes violentas. Una de ellas, la de Darián Barzabal, un adolescente de 17 años asesinado en un patrullero policial de la Comisaría 3º de Los Hornos, La Plata, el 10 de enero. Nada dijo Stornelli sobre Darián. No dijo, por ejemplo “No permitiremos otro Darián”, o “La vida de todas las personas vale más que cualquier otra cosa, incluida, por supuesto, la vida de las personas que cometen delitos”.

No solo no dijo esto, sino que dijo: “No queremos más familias desmembradas a causa de muertes absurdas ocasionadas por delincuentes incorregibles”.

El ministro Stornelli fue fiscal hasta hace pocos días. ¿Qué significa que el ex fiscal y hoy jefe político de la bonaerense diga que hay delincuentes incorregibles? Más allá de lo que él crea, parece una carta blanca para deshacerse de ellos. Si no se van a corregir, ¿Para qué gastar presupuesto en detenerlos vivos, llevarlos a juicio, y si hay condena a prisión, encerrarlos en la cárcel? Mejor, más rápido y expeditivo, utilizar el mayor poder de fuego, y eliminarlos de una vez.

Por último, el ministro Stornelli dijo “Necesitamos eliminar los muros artificiales y la impropia desconfianza que existe entre la Policía y la comunidad. La Policía debe ser la sociedad, y la sociedad, la Policía.”

Pocas veces, un estado policial fue definido con tanta precisión por un funcionario público.

Buenos Aires, 17 de diciembre de 2007

Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)

Contacto: 15-4404-5299

3 DE CADA 10 ASPIRANTES A LA POL 2 ACEPTABAN LA TORTURA COMO MÉTODO INTERROGATORIO

"Cuando les preguntaron si justificarían la pena de muerte, el 52% contestó que sí. Cuando les preguntaron si justificarían "la tortura como método de investigación para descubrir al autor de un delito aberrante (violación/homicidio)" uno de cada tres encuestados también dio un "sí" rotundo"
Clarín, Policiales, 26/06/06

Estos son los principales resultados de un estudio realizado por el CEPOC, entre fines de 2005 y principios del 2006: una muestra más de la enraizada aceptación de la tortura por parte de los ¿ya hoy? miembros de las Fuerzas de Seguridad.

Descargar el informe completo

La percepción del delito y la inseguridad de los aspirantes a la Pol 2

Repercusiones de esta investigación

La opinión de Arslanián

Preocupación por una encuesta a aspirantes de la nueva Policía

Prensa del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires

Área de estudios criminológicos del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos
Contacto 1564092059
Buenos Aires, 9 de diciembre de 2007

LA POL 2, LA TORTURA Y LA PENA DE MUERTE

Repercusión en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires:

Proyecto D-1589/06-07-0, presentado el 13/7/06. Ingresó en esa fecha en la Comisión de Seguridad y Asuntos Pentenciarios. Autor del proyecto: Diputado Sebastián Cinquerrui (ARI).

PROYECTO DE DECLARACIÓN


La Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires



DECLARA


Que ve con preocupación las opiniones expresadas por un alto porcentaje de aspirantes a ingresar a la Policía Buenos Aires II, reflejadas en una encuesta de reciente publicación, en las cuales justifican la tortura como herramienta de investigación, aprueban la implementación de la pena de muerte y realizan caracterizaciones discriminatorias de los potenciales delincuentes.


FUNDAMENTOS


El Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) realizó, durante los meses de noviembre y diciembre de 2005, una encuesta entre 212 estudiantes de la Universidad Nacional de Lanús, aspirantes a ingresar en la Policía Buenos Aires II.

Los resultados de la encuesta constituyen una muestra escandalosa de las ideas aberrantes que sostiene un alto porcentaje de los aspirantes a la carrera policial. Por ejemplo, uno de cada tres encuestados manifestó justificar el uso de la tortura como método de investigación para descubrir al autor de un delito grave, como una violación o un homicidio.

El sólo hecho de que un ciudadano común sostenga la legitimidad de la tortura en el marco de un Estado de Derecho, configura un hecho preocupante. Sin embargo, dicha afirmación, expresada por un aspirante a ingresar en la institución policial, conlleva una gravedad mucho mayor si tenemos en cuenta la condición potencial de los entrevistados.

Existen evidencias suficientes para sostener que la tortura de los detenidos constituye una práctica habitual para las fuerzas policiales bonaerenses. En el sistema judicial provincial existe un gran número de causas iniciadas por detenidos que han sido sometidos a tratos inhumanos y vejatorios por parte de personal policial. Del análisis de las causas se desprende la persistencia de prácticas aberrantes contra la dignidad humana, maltratos físicos y psicológicos que incluyen golpes de puño, patadas, bastonazos y culatazos. También se registran casos de quemaduras de cigarrillos, uso de gas paralizante en el rostro y violaciones. Entre las prácticas más humillantes podemos mencionar el uso de la picana eléctrica y el vulgarmente llamado “submarino seco”, reproduciendo de manera perversa el modus operandi de las fuerzas represivas durante la dictadura militar.

Por otra parte, el 52 % de los estudiantes encuestados justifica la pena de muerte, siendo que el espíritu y la letra de la Constitución Nacional y de los tratados internacionales a los que adhiere el país, establecen que la vida es un derecho inalienable de todos los seres humanos.

Por último, una de las afirmaciones más alarmantes es la existencia de una configuración mental que establece el “tipo ideal” de delincuente; es decir, una serie de características físicas y socioeconómicas que permitirían distinguir a priori quién está el margen de la ley penal. Según la opinión de los aspirantes a ingresar en la policía, ser de tez oscura, joven, del Sur del Conurbano bonaerense, desocupado y poseer escasos recursos materiales, es sinónimo de delincuencia.

Esta afirmación presenta tres aristas principales. En primer lugar, es absolutamente falsa. La mayor parte de las víctimas de delito son personas de bajos recursos y todos los estudios demuestran que la mayor concentración de delito se da en los barrios más carenciados. De modo tal que transformando a la víctima en victimario, escaso favor se le hace al pedido desesperado de justicia de aquellos que no pueden pagar por su seguridad y la de su familia.

En segundo lugar, reproduce la lógica perversa de un sistema penal que sanciona siempre al más débil. El 80% de la población carcelaria tiene menos de 30 años; la mayoría de los reclusos pertenece a las clases más postergadas, y poseen escasa capacitación laboral y bajo nivel educativo. Esta situación no es la consecuencia de que los grupos sociales que presentan estas características constituyan una usina innata de conductas delictivas. Sino que, por el contrario, es la resultante de un sistema penal injusto que enfoca la punición sobre los grupos sociales más débiles y deja impunes a quienes se apropian de los recursos que le pertenecen a toda la sociedad. El hecho de que los aspirantes a policías reproduzcan este esquema es por demás alarmante, puesto que estaría dando cuenta de la reproducción constante de un sistema de valores y prejuicios que desembocan, invariablemente, en la arbitrariedad, el abuso y la violencia.

Finalmente, en tercer lugar, es una afirmación discriminatoria, estigmatizante y violenta, que lacera de manera peligrosa la posibilidad de reconstruir el lazo social. Los seres humanos tenemos la tendencia a simplificar la realidad para poder operar sobre ella. Vivir en la complejidad necesita de esquemas, a través de los cuales tamizamos nuestra conducta. La persistencia de un esquema estigmatizante, como el que acabamos de describir, en el ideario del personal estatal armado y en uso del monopolio legítimo de la violencia que el Estado se reserva para sí, no es una cuestión menor. En otros términos, quien concentra el monopolio legítimo de la violencia, sabe de antemano, y en base al color de la piel y al nivel socioeconómico, contra quién deberá ejercerla.

Los pobres del conurbano sufren las consecuencias concretas y cotidianas que se desprenden de lo antedicho. Sobre ellos recae el castigo injusto y la mirada sospechosa. Por tal motivo, solicito a los miembros de esta Honorable Cámara que acompañen con su voto positivo el presente Proyecto de Declaración.

LA POL 2, LA TORTURA Y LA PENA DE MUERTE

El Cepoc realizó una investigación en el año 2005, acerca de las percepciones de los ingresantes a la Pol 2 de la Provincia de Buenos Aires sobre el perfil del delincuente, el uso de la tortura y la aplicación de la pena de muerte.


Fue publicada en el Diario Clarín