EVITA Y SCIOLI






En la ciudad de Mar del Plata se están desarrollando las finales de los Juegos Nacionales Evita 2008. Unos diez mil adolescentes de todas las provincias del país y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y cientos de Adultos Mayores, juegan a los más variados deportes, realizan actividades culturales, disfrutan de cinco días de intercambio, cumplen el objetivo soñado por Evita: favorecer la inclusión social a través del deporte.

Mar del Plata queda en la provincia de Buenos Aires, Estado gobernado por Daniel Scioli. Ante la muerte de una persona, ocurrida en su domicilio, frente a sus hijos, y cuando aparentemente pretendió defenderlos de una amenaza, el gobernador Scioli ha propuesto que se ponga presos a niños de 12 años “como se hace en otros países”. Luego, su ministro de justicia, Ricardo Casal, lo rectificó: “a partir de los 14, y por delitos graves, en instituciones de contención”.

En los Juegos Evita participan niños, niñas y adolescentes de la misma edad que los que Scioli quiere meter presos. Son niños, niñas y adolescentes que van a la escuela, o que forman parte de algún proyecto comunitario que les permite jugar al fútbol, al básquet, al voley, practicar ajedrez, escribir, pintar. Están incluidos en estructuras sociales, escolares, familiares. La inmensa mayoría de ellos y ellas puede disfrutar de sus 12, 14, 16 o 17 años como lo que son: niños, niñas y adolescentes en crecimiento.

Ahora bien: ¿A qué niños, niñas y adolescentes quieren meter Scioli, y los que piensan como él, presos? Seguramente, a los que no están en la escuela, el centro comunitario, la cancha de fútbol, los juegos Evita. Es decir, los niños y niñas excluidos. A esos niños y niñas se les ha ido negando sucesivamente alimento, cuidado, techo, salud, educación de calidad, juego. El Estado llega a sus 13, 14, 15, 16 años, a decirles que son muy violentos, que empuñan armas, que se drogan con paco y bolsitas, que eso no puede ser. Y la mejor solución que encuentra, cerca de Scioli y lejos, lejísimos de Evita, es encerrarlos.

Eso sí, en “instituciones de contención”, como dice el ministro Casal.

A mero título de ejemplo, se acompaña la carta escrita por jóvenes de 18 y 19 años que están siendo contenidos en una cárcel correntina.

Claudia Cesaroni
15-4404-5299

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