LA COMPLICIDAD JUDICIAL. PUNTOS EN COMÚN.


Desde el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC) adherimos  y apoyamos la presentación que realizará la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas del Terrorismo de Estado del Centro y Sur de la Provincia de Buenos Aires en la audiencia a realizarse el próximo 24 de septiembre ante la Comisión de Justicia de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación con motivo de la denuncia presentada por el cuestionado juez en lo correccional de Mar del Plata  Pedro Hooft  quien está imputado por su participación en la represión que tuvo lugar durante el terrorismo de Estado en la última dictadura militar.

Hooft, se encuentra imputado por 17 casos de víctimas que sufrieron homicidios, desapariciones, secuestros y tortura en su rol de juez a cargo de la investigación de estas desapariciones y de los habeas corpus que se presentaron en beneficio de las víctimas.

Creemos fundamental que se termine de desentrañar la complicidad judicial que durante aquél nefasto período de nuestra historia política permitió  la impunidad de quienes se encontraban en el poder y avasallaron con los derechos básicos de toda la sociedad.

Por otra parte, lamentamos las tristes coincidencias que unen este caso con la investigación que nos encontramos llevando adelante (o la denuncia que llevamos adelante) por la Masacre ocurrida el 14 de marzo de 1978 en el Pabellón Séptimo de la Cárcel de Devoto. Nombres que se repiten, como es el caso de Julio César Strassera quien hoy se encuentra apoyando las denuncias presentadas por Hooft como una estrategia dilatoria de su presentación ante la justicia y en aquél entonces tuvo a su cargo el impulso como fiscal de la investigación de esta Masacre en al cual murieron, entre quemados, golpeados y rematados a tiros, más de 64 personas. Y en el medio, su célebre participación en el Juicio a las Juntas y la apropiación del estandarte que las agrupaciones de Derechos Humanos con mucho trabajo pudieron levantar y sostener: Nunca Más.

Entendemos que ese Nunca Más debe comprender no solo a quienes hicieron efectivo uso del poder político para desaparecer, torturar y masacrar a miles de argentinos sino también a aquellos que, desde sus cargos de funcionarios judiciales, tenían la obligación de investigar esas graves violaciones a los derechos humanos y, sin embargo, fueron cómplices de aquella estructura del terrorismo de Estado tanto por acción como por omisión.

Pero también entendemos que ese Nunca Más debe comprender la Masacre cometida contra los denominados “presos comunes” que en aquél Pabellón fueron víctimas de una brutal represión y, posteriormente, de la complicidad judicial que delegó en la misma Fuerza que reprimió, torturó y mató, la investigación.
Porque tal como lo mencionan el fiscal Pablo Larriera y la secretaria Romina Cavallo en en el informe presentado “la calidad y la cantidad de las infracciones cometidas por Hooft permite inferir a la fiscalía que no se trata de meros errores en la gestión judicial sino de tolerancia y/o colaboración con las prácticas del aparato represivo del Estado.” Lo mismo que sucedió con el expediente que en 1978 se construyó para justificar un accionar judicial que se limitó a certificar lo actuado por el propio Servicio Penitenciario Federal.

Esperamos que las palabras puestas en ese informe por el Fiscal Larriera puedan ser aplicadas tanto a la investigación que le imputa crímenes a Hooft como así también a todos aquellos que debieron haber investigado la Masacre del Pabellón Séptimo: “El avance de los procesos judiciales por crímenes de lesa humanidad ha permitido avanzar en todo el país en la investigación de los funcionario judiciales que pudieron haber evitado o mitigado desde su función los crímenes del terorrismo de Estado y que, sin embargo, lo apañaron”

Denise Feldman, Claudia Cesaroni.
Integrantes del equipo jurídico de “Masacre en el Pabellón Séptimo” y del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC)

No hay comentarios.: